Este es un pequeño sitio, hecho desde el cariño, donde recopilaremos trocitos de sabiduría para Matilde.
Cuando sea mayor y viva su propia aventura, decidirá si quiere o no hacernos caso...
Pero siempre podrá contrastar nuestros particulares puntos de vista :)

viernes, 25 de mayo de 2012

Feliz cumpleUNaños


Recuperar el tiempo perdido

Antes de empezar: 
Matilde, nada de lo que leas en este post debe ser un ejemplo para ti. 


Te va a parecer que esto que digo de recuperar el tiempo perdido suena muy profundo, pero no es tal cosa. Sólo me refiero a cuando a veces, los adultos (solo los adultos) dejamos algo que tenemos que hacer para otro día. Y de ese día, para otro. Y así. Por circunstancias.

Que a qué me refiero, más exactamente. Pues a la contabilidad cuando eres autónomo, a la declaración de la renta cuando eres persona física, al proyecto fin de carrera (por supuesto no me refiero en absoluto a los trabajos de la guarde, cole, insti, o primeros años de carrera, sólo al último trámite), a ordenar un poco la despensa (por orden alfabético o fechas de caducidad), a descolgar y lavar todas las cortinas, cosas de esas. O a escribir algunos post a la sobrina favorita en su blog...

Y ahí estoy, con la misión imposible de escribir de estrangis algunas entradas que tengo en el tintero de hitos que han sucedido antes de que cumplas un año (y hacer un poco de trampilla para que aparezcan en sus fechas correspondientes). ¡Tengo una misión en pocas horas! Tic tac, tic tac.

miércoles, 25 de abril de 2012

Ole, ole, ole (y Matilde levanta los brazuelos)

Hoy es 25 de abril y queda un mesecito para tu cumple. Pero no es eso por lo que escribo hoy. Es miércoles de feria y por primera vez pisarás el Real. Habrás visto a tu madre hacer cosas raras, coser de noche, por ejemplo, chupar cabo de hilos para meterlos en las agujas, hacer cálculos de 2piR,... Eso son cosas que hacen las madres liantonas :) y divertidas, pero al final ha merecido la pena, hoy estabas superbonita con tu traje de lunares. Ole, ole, ole (y Matilde levanta los brazuelos).

Hubo suerte para aparcar, venías dormida y tu primer susto (compartido con el que tu tía Marta sigue teniendo cada año), fue encontrarte de bruces con un caballo al despertar (tu tía Marta viene despierta ya de casa, pero en cualquier caso, se asusta). Pasado el susto del caballo número 1, te llevaste toda la tarde mirando los caballos con la tita Carmen. Me encanta porque mostraste tu personalidad y tardaste poco en mandar tus pendientes a la porra, ahora, eso sí, los tacones hasta el final. Antes muerta que sencilla. Ole, ole, ole (y Matilde levanta los brazuelos).

Y de pronto mamá se puso a bailar. Ole, ole, ole. Y aprendiste a seguirla con la mirada pero... ¡en el espejo!  Y al final de la cuarta hasta aplaudiste :). Y luego vino el frío, mezclado con sueño y con comer pan a pellizquitos. Todo ya un poco confuso y acelerado, empezó a hacer frío y fuiste la envidia de tu tía Marta, te pusiste una sudadera con gorrito y unos pantalones calentitos. Fantástico primer día de feria. Ole, ole, ole.

domingo, 18 de marzo de 2012

Breve de sueño

Matilde, hace un ratito que me levanté, pero he soñado contigo por lo menos un tercio de la noche. El último, por eso me acuerdo. Tú gateabas, casi andabas, y te ponías de pié :D

domingo, 11 de marzo de 2012

¿Quién dijo crisis?

Matilde, la que está cayendo. Has nacido, como ya sabes en 2011 y los ánimos están revueltos. La economía no va muy bien, la política, por extensión, menos. Se habla mucho y no se dice nada, pero a mí no me gusta hablarte de eso, así que, hablaremos de crisis, sí, pero de la Taberna la Crisis. 

Es un sitio que hay muy cerquita de tu casa y donde hemos desayunado juntas algunas veces tus primeros cuatro meses mamá, la tita Marga y tú y yo. Nos pedíamos una tostadita rica, un cafelete y buscábamos un rayito de sol. Y luego un poco de sombra.
Cuando mamá volvió al trabajo y tú empezaste en la guarde, dejamos de ir a desayunar. Perdimos las buenas costumbres, pero el domingo volvimos a ir. Hacía tanto frío que desayunamos rápido y jamón (esto del jamón en relación con el frío tendré que explicártelo más largo y tendido con más tiempo), y luego nos fuimos a tomar otro café a la placita de debajo de casa al sol. Como cuatro caracolillos.


Esto de los caracolillos es otra cosa, como mi relación con el jamón, que tendré que explicarte, pero al menos, que sepas que ese domingo, por fin te llevé un caracol. Uno de ikea, rosa y verde, pero un caracol al fin y al cabo. Un caracol marioneta de dedo, pero un caracol al fin y al cabo.


sábado, 25 de febrero de 2012

Matilde palíndroma

Bueno, ha llegado el día. El día en que cumples 9 meses y hay algo muy importante en esta fecha, te lo explico con una batallita. Como hacen los abuelos. Los abuelos enseñan muchas cosas. Yo tenía dos, y los dos me enseñaron una cantidad de cosas que no te puedes imaginar, pero que te iré contando poco a poco,  y que junto con  todas las que te contarán tus abuelos: serás una niña muy sabionda.

Mi abuelo Manolo me explicó lo que era un palíndromo. Un palíndromo es una palabra, un número o una frase, que se lee igual al derecho que al revés. Él me ponía el ejemplo: Dábale arroz a la zorra el abad. Prueba... ¡Funciona!

Investigando, investigando, descubrí también lo que es un número capicúo, o número palíndromo, un número simétrico. Y simétrico, claro, que es una correspondencia en forma, tamaño y posición de las partes de un todo. Dicho así, suena estirado. Que puedes por ejemplo doblar algo por la mitad y coinciden todas las cosas de un lado y otro.

Y tú dirás... tita, ¿qué me estás contando? Pues sí, que hoy, Matilde, que cumples 9 meses, eres una niña palíndroma. Claaaaro. Has vivido de un lado y del otro el mismo tiempo. En la barriga de mamá 9 meses (salvando pequeñas diferencias) y fuera de ella, otros 9. Matilde palíndroma, capicúa y simétrica. Todo eso, en una niña tan chica y bonita :)

jueves, 5 de enero de 2012

Fiestas (y más fiestas)

Bueno Matilde. Te he dejado unos días de reflexión: las Navidades lo merecen. Como primeras Pascuas habrás observado, con esos ojos que terminan en largas pestañas que sé que tienes, cuántas cosas raras hacen los adultos. 

Para empezar, antes incluso de la "Navidad" ya empiezan a salir a comer. Y a cenar. Con unos, con otros. En un sitio, en otro. Y venga a pensar en no repetir modelito salvo si son con gente totalmente distinta. Al final, casi siempre se come lo mismo, y si no, da igual: siempre se come mucho (de lo que sea). Lo único bueno que tiene este adelantamiento de las fiestas es que desde principio de mes puedes ir por la calle embobada con las luces, variadas y numerosas. Tu mala suerte: que este año has estado malita y te han quitado del fresquito de las calles.

Cuando ya llegan los días propios de Navidad, empiezas a seguir comiendo, cenando, champanes, vinos, langostinos, jamón, caña de lomo (Mati, en cuanto que tengas dientes y comas de todo, deberás probar una buena de estas: verás que es de lo mejor del mundo). Y venga mantecados, mazapanes, almendras rellenas. Y a reír y a charlar, y ruidos de copas y platos, tenedores. Debes estar pensando que todos los adultos están loqueras. Te entiendo.

Sin ir más lejos, el día 31 hay que esperar a las 00 horas antes de poder dar la cabezadita. Y sé que miras absorta cómo se comen en un abrir y cerrar de ojos 12 uvas, con sus pepitas y todas sus cosas. La misma madre que seguro te riñe cuando quieres abrir la boca para una nueva cucharada de fruta sin haber tragado la anterior. Lo que te quedaba por ver. 

Sé que pensarás que esta festividad no hay quien la entienda, ni quien la levante... pero no. Hay esperanza. Después de que los mayores hagan todos estos números, llega el día 5. Y nos vamos a la calle, abrigaditos y vemos pasar un montón de carrozas de colores, con gente subida que tira cosas. Aún no sabes que son caramelos, pero ya lo sabrás :D. Cuando consigues un sitio donde ninguna señora con paraguas boca abajo abierto te impida ver, disfrutarás de los Reyes, que hacen un recorrido largo en carrozas antes de empezar con el reparto. Esa noche, Matilde, hay que dormir temprano porque a la mañana siguiente, al levantarte, encontrarás los regalos que te han dejado al pasar por tu casa. Aquellos que pediste en una carta (o pidieron por ti, que aún no sabes escribir), u otros, a cuáles más bonitos.

Y vas a ver a toda la familia, y a seguir comiendo, pero ahora todo tiene más sentido. :)